sábado, 15 de marzo de 2014

BRINDAR MUCHOS FRUTOS, REFLEXION

Allí donde Dios te ha sembrado, estas obligado a brindar muchos frutos…
Del santo Evangelio según san Lucas
“En aquel tiempo, como dijeran algunos, acerca del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas
votivas, él dijo: "Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida." Le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?" Él dijo: "Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: "Yo soy" y "el tiempo está cerca". No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato." Entonces les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo. "Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.”
El evangelio de hoy me lleva a reflexionar sobre el fin de los tiempos, en ese momento cuando ya todo termine y que se derrumbe esa gran obra creada por Dios y no quede nada, solo ruinas.
 Si profundizo en  las palabras de Jesús, me puedo imaginar en primer lugar,  que ya estamos ante  el fin del mundo, ya que muchas de esas cosas están sucediendo, podemos hacer una lista con los acontecimientos bíblicos que se están presentando en la humanidad, pero la biblia dice: nadie sabe la hora ni el momento en el cual él llegará.
Pero las palabras del maestro tienen un trasfondo que me lleva a revisar mi propia vida, mi existencia  humana. Ese gran templo que se derrumbará y del que no quedará piedra sobre piedra, es mi propio cuerpo, son todas esas cosas o personas en la que he puesto o centrado mis energías: el trabajo, la familia, la anhelada belleza, el dinero, los bienes materiales, etc. Qué pasará cuando todo esto se acabe, cuando ya no exista, que será de mi vida si tengo toda mi atención puesta en obras perecederas.
La palabra me enseña que debo prepararme para cuando llegue ese gran momento, cuando empiece a ver las señales que indican que el fin esta cerca, no es el fin de la humanidad, es el fin de mi vida terrena. Solo sembrando y dando frutos podré ahorrar riquezas para la vida eterna.  
Es allí,  donde Dios me ha sembrado, que debo hacer el  mejor  esfuerzo trabajando y amando,  para dejar buenos frutos en nuestros hermanos, sembrar para cosechar. Disfrutando todo lo que hago, dando lo mejor de mí, enseñando lo que pueda enseñar a otros, predicando el evangelio,  sirviendo a mis hermanos con dignidad y amor, buscando la felicidad en cada pequeño detalle, compartiendo lo que tengo con los necesitados, siendo fiel en lo poco, buscando la libertad de mi espíritu y esperando de mi padre Dios todo lo que él  quiera darme.


 Padre Celestial en ti creo, te pido que aumentes mi fe  y espero que aceptes el servicio que esta humilde sierva te puede dar hasta el fin de sus días.

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